Aunque hoy Milena no está desarrollando actividades de confección, nuestra actividad sembró en ella la semilla de la autoestima, de sentirse capaz de sacar adelante su familia y compartir con otras madres, vecinas suyas los conocimientos adquiridos de nosotros.
Dentro de las madres que inicialmente se inscribieron atendiendo nuestro llamado, encontramos también que no solamente existían madres adolescentes, sino también madres analfabetas a las cuales se les dificultaba recibir teoría para la explicación de la actividad de confección, generando en ellas cohibición y temor para desarrollar actividades a nivel grupal o interacción social. Ante estas situaciones, nosotros generamos actividades que las hicieran sentir integradas, aceptadas, valoradas y que se sintieran con la libertad de exponer sus dificultades sin temor al rechazo. Esto despertó en ellas el deseo de aprender y de trabajar por su crecimiento personal y desarrollo integral.
En nuestra Fundación las mujeres que se vinculan con deseos de adquirir habilidades manuales para desarrollar actividades para su sostenimiento y el de su familia, encuentran además apoyo moral y espiritual lo que las convierte en seres integrales y despierta en ellas el deseo de ayudar, de superarse y ser solidarios con la gente de su entorno.
Nuestros Sueños
Nuestros Sueños